A lo que llamamos ansiedad y estrés solo es un conjunto de respuestas fisiológicas de alerta ante un estímulo o evento inesperado en el que sentimos miedo o amenaza, y que nuestro inconsciente siente que es real, aunque muchas veces solo es una ficción que nunca ocurrirá.
En este post voy a explicar cuál es su origen real de la ansiedad y como liberarnos de ella para siempre.
Definición de ansiedad
Biológicamente hablando, la ansiedad es básicamente un mecanismo defensivo y de supervivencia. Es un sistema de alerta ante situaciones que vivimos como amenaza, miedo o peligro. Un mecanismo que se da en todos los animales, es normal, adaptativo y mejora la capacidad de anticipación y respuesta ante una amenaza.
La función de la ansiedad es preparar el organismo, secretando hormonas y químicos, para mantenerlo alerta y dispuesto a huir, atacar o paralizarse según el tipo peligro o amenaza.
Por ejemplo, cuando un león ataca a una gacela, esta entra en un estado de estrés y se produce una situación de ansiedad. Pero cuando pasa el peligro y la gacela queda a salvo, todo su sistema nervioso y hormonal vuelve a la normalidad.
La ansiedad pues, es necesaria para la supervivencia y no representa ningún problema. Salvo cuando este mecanismo funciona constantemente de forma alterada produciendo problemas de salud.
Desde el punto de vista mental y emocional, la ansiedad se define como un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud, una intensa excitación y una extrema inseguridad.
La persona afectada por la ansiedad apenas puede controlar el miedo. Un miedo que se siente como una amenaza. Cuando esta amenaza ha pasado, el miedo también debería desaparecer.
Pero en el caso del ser humano no ocurre esto, porque pensamos que sigue en león escondido o persiguiéndonos y está al acecho constantemente.
Todo este desorden natural está basado en unas creencias, traumas o memorias que hemos heredado de nuestros ancestros, o bien que hemos experimentado a lo largo de nuestra vida. Este tipo de experiencias nos hacen creer (como ya pasó en el pasado) que algo malo puede suceder y estamos en alerta constantemente.
El simple hecho de observar una posibilidad de un problema en el futuro nos hace entrar en estrés y ansiedad. Y ya no es una respuesta biológica, sino que es la respuesta mental o emocional, que puede llevar a una serie de síntomas o enfermedades.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un desequilibrio interior que se presenta con palpitaciones o taquicardia, ahogo, opresión en el pecho, cierre de garganta, aumento de la respiración, sensación de que la sangre se va a la cabeza, temblores, náuseas, tensión muscular, escalofríos, sudoración, mareos e incluso se puede llegar al desmayo.
Se produce gracias a la reacción de un nervio craneal, llamado Vago. Este nervio llega a las vísceras, al corazón, los pulmones, la garganta, la cara, el cuello y viaja al tronco cerebral. Es parte de nuestro sistema nervioso y se encarga de la supervivencia, por eso sentimos una sensación de peligro de muerte.
Los síntomas de la ansiedad solo son la punta de un iceberg donde podremos encontrar la respuesta a su origen si buscamos en lo más profundo del inconsciente.
Aprender a gestionar la ansiedad es posible. Es importante entender que si hay síntomas hay un mensaje y debemos escuchar a nuestro cuerpo para ver cuál es la información que nos quiere transmitir.
La ansiedad produce una respuesta emocional que va unida al miedo, pánico, pensamientos negativos, terror con la sensación de sentirse que se muere y que se pierde el control del propio cuerpo.
El origen biológico y emocional de la ansiedad.
Hay muchos factores que influyen en que el mecanismo normal y adaptativo de la ansiedad deje de serlo, por ejemplo:
Factores programantes y estructurantes (cuando se programan conflictos, el origen real del programa biológico/emocional que da pie a la ansiedad)
- Factores biológicos o genéticos
- Factores psicogeneracionales o del inconsciente familiar (Memorias heredadas de nuestros ancestros)
- El ambiente que nos rodea. El inconsciente colectivo. Creencias. Aprendizajes y el contexto social
- El temperamento y las heridas emocionales de la infancia.
- Factores de personalidad y estilo de vida
Factores desencadenantes como:
- Situaciones o acontecimientos que son vividas como duras o traumáticas y nos recuerdan a situaciones ya vividas en el pasado.
- Encuentros “fortuitos” con personas o situaciones que se asocian inconscientemente a conflictos no resueltos del pasado.
- Acontecimientos que ocurren en nuestra vida con consecuencias graves.
- Obstáculos para conseguir logros o metas y que limitan nuestra capacidad para alcanzarlos.
- Consumo de drogas, alcohol o cualquier otra adicción que intenta aliviar o evadirse del síntoma.
Factores autoprogramantes o bloqueantes del conflicto vinculados a la propia ansiedad y que generan aún más ansiedad, como:
- El “miedo al miedo”.
- La pérdida de facultades por la propia ansiedad.
- Búsqueda de soluciones que resultan contraproducentes.
- Creencia de que es algo hereditario y sin remedio.
- La creencia de que no se puede solucionar el problema.
- La desvalorización o impotencia de uno mismo.
- El auto sabotaje.
- Problemas que no existían y que aparecen como consecuencia de la propia ansiedad, etc.
¿Cómo podemos encontrar el origen emocional de la ansiedad?
Como cualquier otro síntoma, la ansiedad es la respuesta a un conflicto vivido y manifiesta el desequilibrio orgánico, hormonal, mental y emocional que se produce en ese instante.
Los síntomas son la respuesta a un conflicto emocional y biológico por un fuerte estrés experimentado. Si comprendemos el origen inconsciente de lo que nos ocurre podremos tomar consciencia del cómo hemos vivido los problemas, liberar la emoción atrapada y recuperar la coherencia y el equilibrio emocional.
Para que aparezca este síntoma antes hubo un evento dramático, inesperado, sin solución y que no lo pudimos resolver o expresar, quedando pendiente una necesidad no cubierta.
Este evento dramático o fuerte ocurrió en la mayoría de las veces en la infancia o niñez, incluso durante el embarazo o antes, a nuestros padres o abuelos. O bien situaciones que se pueden originar a lo largo de nuestra vida.
Este evento traumático desencadena una serie de sensaciones corporales que generan un desorden electromagnético que se queda atrapado en el cuerpo y que afecta a la mente, al cerebro y un órgano. Y que nos genera una emoción o miedo al futuro, al creer que se va a volver repetir este momento traumático vivido en el pasado.
Como el inconsciente no distingue entre real o imaginado cuando experimentamos un impacto emocional nos sentimos en peligro. Estrés para el cerebro es igual a peligro y pone en marcha el sistema de supervivencia de aviso a todo el cerebro para que nos ayude a soportar el momento de alerta.
Quien siente ansiedad constantemente no vive en presente, vive en el pasado o en el futuro.
3 pasos para liberarse de la ansiedad.
Si la ansiedad está limitando tu vida o haciéndote sufrir, debes acudir a un terapeuta para que te acompañe en todo el proceso de liberación emocional.
Mientras tanto, puedes seguir estos 3 pasos y aligerar parte de la carga emocional.
- Tomar conciencia
Analizar paso a paso que ocurre en tu vida y que te lleva a tener ansiedad.
- ¿Qué situaciones estás viviendo que te generan ansiedad?
- ¿Desde cuándo la tienes?
- ¿A qué sientes miedo constantemente?
- ¿Qué es lo que te preocupa?
- ¿Qué piensas que puede ocurrir en el futuro que te genera ansiedad o miedo?
Hay que tener presente que todo esto que ocurre, no es algo que es por casualidad, ni es mala suerte.
Es simplemente, es una interpretación inconsciente de la realidad y que cada persona lo percibe de forma diferente según sus creencias. Basadas en un conjunto de situaciones vividas, de memorias que hemos heredado.
Nuestra forma de pensar y actuar está basada en una serie de creencias que hemos adquirido desde antes incluso de nacer y que guardamos en lo más profundo de nuestro ser como algo sagrado. Algo que no se discute y damos por bueno si o si como fidelidad al clan familiar.
Por eso, seguro que escucharás expresiones o situaciones como:
- Esto es así en mi familia de toda la vida y no se puede cambiar…
- Es algo hereditario y no hay mas remedio que asumirlo…
- Yo soy así desde que nací y no voy a cambiar ahora…
Por eso, recomiendo echar un vistazo a nuestra experiencia de vida, la de nuestros padres, abuelos… descubrir como pensaban, qué sentían, sus problemas, preocupaciones y como era su día a día… y seguro que entendemos muchas de las cosas que nos ocurren y así le podremos dar significado a lo que nos pasa.
Tomar conciencia y darle significado a lo que realmente nos origina la ansiedad es el primer paso para su liberación.
2. Encontrar el origen emocional de la ansiedad
Para ello debemos buscar aquellos eventos fuertes o traumáticos que hemos vivido a lo largo de nuestra historia y que nos hayan marcado.
Una vez encontramos estos eventos, debemos sentir en nuestro cuerpo las emociones asociadas, para liberar o descargar esas emociones atrapadas. Una vez liberadas el cuerpo ya no detecta la próxima situación como peligrosa y la ansiedad desaparece.
También debemos localizar la necesidad no cubierta de esos momentos difíciles o dolorosos y hacer un cambio de sentido para que ya no exista esa necesidad y desenredar para siempre ese conflicto atrapado en el cuerpo.
Mi consejo personal, es que este proceso debe hacerse acompañado de un terapeuta especializado en Biodescodificación o acompañamiento emocional para hacerlo correctamente y evitar retraumatizar de nuevo el conflicto y aumentar la ansiedad.
3. Tomar acción
Debemos reconocer cuáles son aquellos pensamientos que nos hacen sentir ansiedad. Qué situaciones en la vida nos pone en situación de alerta o de miedo extremo para poder sentir ansiedad.
Después cuestionar aquellos pensamientos concretos que están generando malestar y miedo. Porque la mayoría de las veces no son reales.
Cambiar las conductas que favorecen el miedo o las preocupaciones
Todo problema tiene solución, y por ello se debe definir bien para encontrar la solución adecuada.
El truco está en descomponer el problema en pequeñas partes y plantearte soluciones a corto o medio plazo.
Y por último, aceptar que no somos perfectos y cambiar de mentalidad
A veces ponerse el listón demasiado alto nos complica la existencia. El perfeccionismo puede hacer que nos sintamos mal con nosotros mismos al no alcanzar aquello que nos proponemos en la vida. Y esto nos puede hacer sentir impotentes o desvalorizados.
Las personas que suelen tener ansiedad suelen ser personas muy negativas y eso genera que nos castiguemos por ser inferiores o pensar que no valemos.
Uno de los principales consejos que yo siempre doy a mis pacientes es que cambien su forma de hablarse a sí mismo. Y que se hablen forma positiva, cambiando su lenguaje poco a poco.
De esta manera, se logra que tu inconsciente se acostumbre a los pensamientos positivos evitando caer en la tentación del fatalismo o ver la vida como un problema.
En resumen, para aliviar el estrés y la ansiedad, lo que tenemos que hacer es tomar conciencia del problema de aquello que nos hace sentirnos en con preocupación o con miedo en tu día a día, que no es tu culpa para nada. Después localizar el origen del conflicto primario y liberarlo.
Vivir en el presente, asumir y perdonar lo ocurrido en el pasado, sin enfocarse en lo que pueda ocurrir en el mañana.
Posteriormente tomar acción para cambiarlo y si no te sientes capaz tu solo/a, buscar a un profesional que te ayude con un acompañamiento emocional adecuado durante todo el proceso para liberarte de la ansiedad y el estrés.
Juan Carlos Banegas,
Terapeuta y acompañante emocional